De la Medición a la Acción: Cómo los KPIs y la Mejora Continua Definen Nuestra Excelencia Logística
- Miguel Marengo
- 25 oct
- 4 Min. de lectura

Introducción
En México existe una expresión que todos conocemos: "ahí se va". Esa respuesta cómoda cuando algo funciona más o menos, sin brillo pero sin desastre. En la logística, sin embargo, "ahí se va" no es una opción. Cada minuto cuenta, cada proceso importa, cada decisión impacta directamente en la cadena de valor de nuestros clientes.
En Silodisa entendemos que la excelencia no es un accidente ni una meta aspiracional que se persigue sin rumbo. Es el resultado de medir lo que importa, analizar con honestidad y actuar con precisión. Por eso, la alineación de nuestros indicadores clave de desempeño (KPIs) con nuestros círculos de calidad no es solo una práctica operativa: es nuestra filosofía de trabajo.
La Cultura de la Medición Inteligente
Hace poco, durante nuestras sesiones semanales de mejora continua con los equipos de Distribución, Guadalajara y Huehuetoca, nos enfrentamos a una verdad incómoda pero valiosa: teníamos oportunidades importantes para afinar cómo definimos y medimos nuestros KPIs en cada unidad de negocio. Esa capacidad de autocrítica es precisamente lo que nos distingue.
Porque en Silodisa creemos que no se puede mejorar lo que no se mide, pero también sabemos que medir por medir es inútil. Por eso adoptamos la metodología SMART, un estándar internacional que utilizan las organizaciones más exitosas del mundo:
Un ejemplo concreto: el tiempo de descarga de un camión en nuestros almacenes. Parece simple, pero la precisión está en los detalles. ¿Desde cuándo comenzamos a contar? No puede ser desde que el camión llega a nuestras instalaciones: muchos operadores arriban horas antes desde rutas largas y esperan en nuestro estacionamiento hasta su cita programada. Eso es logística humana, no ineficiencia.
La medición comienza desde el entrampado hasta que el último pallet toca el suelo del almacén. Específico, medible, alcanzable, con un responsable asignado y un plazo definido. Así funciona el método SMART, y así trabajamos en Silodisa.
Círculos de Calidad: Donde la Experiencia se Encuentra con los Datos
Los números cuentan la historia, pero son las personas quienes escriben el final. Por eso, en Silodisa implementamos círculos de calidad donde los supervisores y equipos operativos se reúnen semanalmente para:
Analizar los datos de la semana anterior: ¿Qué funcionó? ¿Qué no? Sin filtros, sin excusas.
Evaluar las acciones implementadas: Las estrategias no son estáticas. Si algo no da resultados, pivoteamos.
Generar ideas de mejora colectiva: Porque el operador que descarga camiones todos los días conoce detalles que ningún consultor externo descubriría.
Definir acciones concretas y medibles: No reuniones por reunir. Cada sesión termina con compromisos específicos que se monitorean la siguiente semana.
Esta metodología no la inventamos nosotros. Empresas como Toyota revolucionaron su industria con el sistema Kaizen (mejora continua), basado precisamente en círculos de calidad donde todos los empleados conocen y viven los KPIs corporativos. El resultado: el fabricante automotriz más eficiente del planeta.
Amazon mide cada proceso, cada segundo, en cada almacén. Sus equipos se reúnen religiosamente cada semana para analizar datos y tomar decisiones. Por eso pueden entregar en horas lo que otros tardan días.
FedEx construyó un imperio sobre un KPI simple pero poderoso: "el paquete correcto, en el lugar correcto, en el momento correcto." Y cada empleado, desde el CEO hasta el mensajero, lo lleva tatuado en su ADN profesional.
Transparencia Total: Cuando Todos Conocen el Marcador
Según investigaciones del MIT, las empresas donde todos los empleados comprenden los indicadores clave tienen 3.5 veces más probabilidades de superar a su competencia. No es magia: es claridad, alineación y propósito compartido.
En Silodisa creemos firmemente que cada persona en nuestra organización debe conocer nuestros KPIs principales. No como cifras abstractas en una presentación ejecutiva, sino como la brújula que guía el trabajo diario. Porque cuando todos entienden hacia dónde vamos y cómo medimos el éxito, cada acción individual se convierte en un impulso colectivo.
Estudios de KPMG y McKinsey confirman que las organizaciones con círculos de calidad efectivos mejoran su productividad entre 15% y 25%. Pero el verdadero impacto va más allá de los números: se trata de crear una cultura donde la mejora continua no es un programa corporativo, sino un hábito compartido.
Los Tres Pilares de Nuestra Excelencia
Todo esto es posible porque en Silodisa operamos sobre tres pilares inquebrantables:
Los mejores procesos: Optimizados constantemente, medidos religiosamente, mejorados sistemáticamente.
La mejor tecnología: Herramientas que convierten datos en decisiones y decisiones en resultados.
El mejor ambiente de trabajo: Donde cada voz cuenta, cada idea importa y cada logro se celebra colectivamente.
Estos pilares no son eslóganes de marketing. Son compromisos operativos que vivimos cada día en cada almacén, en cada ruta, en cada entrega.
Conclusión: La Excelencia se Mide, se Planea y se Ejecuta
En Silodisa no improvisamos: innovamos. No adivinamos: medimos. No esperamos: actuamos.
La alineación de nuestros KPIs con nuestros círculos de calidad no es un proyecto temporal ni una moda gerencial. Es la manera en que hemos construido la mejor empresa de logística de México. Es cómo aseguramos que cada cliente reciba no solo un servicio, sino una experiencia respaldada por datos, mejorada por personas y ejecutada con precisión.
Porque al final del día, "ahí se va" nunca será suficiente cuando tu compromiso es la excelencia. Y en Silodisa, ese compromiso es inquebrantable.
Esto nos importa. Por eso lo medimos. Por eso lo mejoramos. Por eso somos Silodisa.



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